jueves, 14 de mayo de 2009

Brahmari, la respiración de la abeja



Este Pranayama menor es uno de mis favoritos. En las clases tanto niños como adultos disfrutan de su práctica , ya que ayuda a mejorar la sensación de embotamiento del mundo, de contaminación sonora y visual a la que sometemos al sistema nervioso.Su práctica diaria durante 5 minutos ayuda a activar el S.A.R.A, un sistema regulador de nuestro cerebro que filtra los estímulos sensoriales. Refresca nuestra mente, disipando el embotamiento, armoniza y relaja antes de dormir.

En bhramari prânâyâma se emite un sonido similar al zumbido de una abeja, tanto durante la inspiración como durante la espiración.

Este sonido puede asimilarse también al de un ronquido voluntario, sostenido y uniforme, o al de la letra “N” en la pronunciación de la palabra “mango”.

Meditación Shamata

La meditación no llega fácilmente. Así como los árboles crecen con lentitud y hay que esperar a la floración y a la maduración del fruto, para disfrutar de éste; la floración de la meditación es una paz inexpresable que impregna todo tu ser. El fruto de la meditación es un estadio de conciencia plena, el cual es indescriptible pues el meditador se funde con dicho estado. Y al fundirse totalmente no queda alguien para describir la experiencia. Swami Vishnu Devananda.

La primera práctica en el camino budista de la meditación se llama Shamata. Significa "morar en calma" o "meditar en la tranquilidad". Para los budistas meditar consiste en el acto de concentración en un objeto en particular o en una idea. El dominio de la práctica de Shamata es esencial para formas de meditación más elaboradas como Vipassana.

Shamata son un conjunto de prácticas de meditación diseñadas para enfocar y desarrollar voluntariamente la atención. Su culminación es una atención que puede ser sostenida sin esfuerzo y que puede mantenerse por mucho tiempo.

Para su comprensión más simple, la práctica de shamata se encuentra a menudo dibujada en los monasterios budistas. En estos dibujos o frescos se explican gráficamente las nueve etapas de la meditación. Frecuentemente a estas pinturas se les conoce como "El camino al Nirvana"
La práctica de shamata usualmente se basa en un objeto de meditación que puede ser una imagen o la respiración. Cuando es la respiración, se inicia observado el leve fluir de ésta y posteriormente se va profundizando en la sensación.

La disciplina de la práctica de shamata es hacer que la mente vuelva una y otra vez al objeto de meditación. Si estás distraído, en el instante que te das cuenta, sencillamente vuelves a centrarte en la respiración. No hay que hacer nada más. Incluso preguntarse: ¿ porqué me he distraído tanto ? es otra distracción. La simplicidad de la atención, de volver a traer continuamente la mente a la respiración, la calma progresivamente.

Al principio puede que nos sintamos un tanto extraños, creyendo que al observar tenemos en el acto de respirar, a quién respira y a la respiración, cada uno por su lado. Pero lentamente, a medida que perfeccionamos la práctica y que nuestra mente se aquieta, el acto de respirar, quien respira y la respiración se vuelven uno y, finalmente es como si nos hubiéramos convertido en la respiración.

Según vamos perfeccionando esta práctica y nos unificamos con al respiración, al cabo de un tiempo, la respiración en sí como objeto de atención en nuestra prácticas, se disuelve y nos encontramos reposando en el momento presente. Este es el estado de estar centrado en un único punto que constituye el fruto y la finalidad de shamata.

A través de la práctica de permanecer en calma, nuestra mente se ha apaciguado, entrado en un estado de tranquilidad y ha hallado estabilidad. Al igual que la imagen de una cámara fotográfica se vuelve nítida al enfocarla, la atención centrada en un punto de shamata, permite que surja una creciente claridad de la mente.

Según van desvaneciéndose gradualmente los oscurecimientos del ego y su tendencia al aferramiento comienza a disolverse, la "visión clara" o vipasyana se manifiesta. En ese momento ya no necesitamos el ancla que supone morar en el presente y podemos progresar avanzado yendo incluso más allá de nuestro yo. Hacia la apertura que representa la sabiduría que comprende la ausencia del ego. Esto es lo que va a arrancar de tajo la ilusión y a liberarnos del samsara.

Obstáculos en la práctica de la meditación. Kunzig Shamar RimpocheDos



La Agitación es el primer obstáculo que debemos observar para meditar correctamente. La mente se vuelve muy activa anhelando o rechazando algo, y continúa dándole vueltas a lo mismo. Pensar y preocuparse sobre otras cosas en vez de meditar se llama agitación.

Arrepentimiento. El Segundo obstáculo es el arrenpentimiento. Se trata de pensar sobre algo que ha ocurrido y por lo tanto no puede cambiarse. Y así todo todavía nos sentimos culpables.

Pesadez. El tercer obstáculo es la pesadez que está conectado con el karma. En este caso quiere decir que a pesar de que quieres hacer algo positivo como meditar sientes que no puedes. Inmediatamente te sientes cansado y pesado tanto física como mentalmente. Pero cuando quieres hacer algo negativo, de repente te sientes muy activo y fresco.

Opacidad. El cuarto obstáculo es la opacidad o falta de claridad. Hay que distinguir entre la pesadez y la opacidad. Ambos están conectados con el karma, pero la opacidad está mas íntimamente relacionado con la salud y el estado físico. Un ejemplo de ello es el comer azúcar. El azúcar en un primer momento hace aumentar drásticamente el nivel de glucosa en la sangre pero luego desciende mucho. Entonces se experimenta este tipo de opacidad.

Duda. El quinto obstáculo es la duda. Es un problema fundamental para practicar ambos, shamatha y vipashyana. Dudar quiere decir sentirse incierto. Por ejemplo podemos llegar a pensar “Puede que exista la iluminación pero puede que no”. Así no se puede meditar adecuadamente porque las dudas te van a desmotivar. Puedes hacer ciertos progresos pero inmediatamente las dudas te arrastran. La duda es un obstáculo muy tenaz.

Deseo de dañar. El sexto obstáculo es el deseo de dañar a otros o tener pensamientos negativos. Quiere decir ser despiadado, egoísta, o arrogante. Te vuelves muy celoso y los demás empiezan a contrariarte. Este es un serio obstáculo para la meditación.
Apego. El séptimo obstáculo que es tener apego o codicia no es tan grave. Simplemente quiere decir tener demasiados anhelos.

Sopor. El ultimo obstáculo es el sopor, volverse completamente inconsciente y quedarse dormido.
Para shamatha y vipashyana, hay otra serie de obstáculos que se conocen como los cinco tipos de distracción.

Compromiso. La primera distracción es abandonar el Mahayana. Las prácticas de meditación del Vajrayana son muy vastas y escuchándolas uno se puede desalentar. Mientras que al escuchar enseñanzas Hinayana puedes creer erróneamente que es posible alcanzar la liberación en esta vida al practicarlas. De esta forma, y a pesar de que las meditaciones Hinayana no son tan amplias como las Mahayana, uno puede creer de forma equivocada que se pueden alcanzar resultados mucho más rápidamente. Abandonar el Mahayana por el Hinayana es una gran distracción.

Distracción externa. La segunda son las distracciones externas que se refiere a la preocupación excesiva por los placeres sensoriales, tal y como ser rico u obtener lujuria etc.

Distracción interna. La tercera son las distracciones internas de los diferentes estados mentales que perturban la meditación. Principalmente son la agitación y la opacidad. En prácticas más avanzadas surgen otro tipo de distracciones internas. Volverse un experto en meditación hace desarrollar una agradable tranquilidad interna. Este sentimiento de placer mental es de comodidad o alivio ya que la mente está muy calmada. El apego a este estado de tranquilidad es un obstáculo.

Poderes milagrosos. La cuarta distracción está relacionada con la comprensión de la naturaleza de las cosas. También se la puede denominar distracción de los poderes milagrosos. Al realizar shamatha, uno puede concentrarse profundamente en la naturaleza física de las cosas y manipular su apariencia. Se controla a través de la concentración. En el Budismo se considera que los objetos físicos se constituyen de cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire.

A través de la concentración en forma de shamatha uno puede alterar los elementos. De esta forma, el agua se convierte en fuego, el fuego se convierte en agua etc. En nuestro estado de desarrollo presente no podemos entender cómo pueden funcionar tales poderes. No es algo que pueda ser explicado a través las leyes físicas. Si te apegas a este poder milagroso, esto se convierte en un obstáculo.

Estado Negativo de la mente. La quinta distracción es tener un estado negativo de la mente. Cuando uno realiza shamata se vuelve muy profundo y estable. Pero shamatha se limita a calmar la mente; el apego al yo todavía está presente. Solamente practicando vipashyana se elimina el apego al yo. Por este motivo, continuar practicando shamatha, hacerlo más profundo y vasto, sin aplicar vipashyana lleva a la distracción de un estado negativo de la mente.

Existen cuatro estados de meditación en los cuales uno se queda fijado a la tranquilidad. El primero es una experiencia de espacio sin límites; el segundo es experimentar la mente como infinita; el tercero es una experiencia de la nada; y el cuarto es una experiencia de las cosas ausentes de presencia y de no presencia. Pero todavía no es la liberación, solamente experiencias que surgen de la mente. Uno puede permanecer en este tipo de absorciones durante millones de años. De alguna manera resulta muy placentero, pero no trae ningún beneficio porque con el tiempo uno puede caer de este estado a otros reinos del samsara.
Búsqueda personalizada
Envio de mensajes a celulares (mensajes de texto), Ringtones y Trucos para celulares