miércoles, 10 de diciembre de 2008

Shine - el camino de la calma mental




En el diagrama que representa el desarrollo del shi-né, hay un elefante que simboliza la mente del meditador. Una vez que el elefante es domado, nunca vuelve a desobedecer a su maestro volviéndose útil para desarrollar numerosos trabajos. Lo mismo se aplica a la mente. Más aún, un elefante salvaje y sin domar es peligroso causando a menudo una terrible destrucción. De la misma manera, una mente que no ha sido entrenada puede causar cualquiera de los sufrimientos de los seis reinos.

ImageEn la base del diagrama, el desarrollo de la concentración del elefante es totalmente negro. Esto se debe a que en la etapa inicial de desarrollo del shi-né el letargo mental permea la mente. En frente al elefante hay un mono que representa la agitación mental. El mono no puede quedarse quieto ni siquiera un momento y siempre está charlando y con alguien, siendo atraído por cualquier cosa.

El mono conduce al elefante. En este estado de la práctica la agitación mental guía a la mente hacia todos lados.

Detrás del elefante sigue el meditador, quien trata de obtener control de la mente. En una de sus manos sostiene un lazo simbolizando la atención y en la otra un garfio simbolizando el estado de alerta. En este estado el meditador no tiene control sobre su mente. El elefante sigue al mono sin prestar la más mínima atención al meditador.

En la segunda etapa el meditador ha casi alcanzado al elefante.
En la tercera etapa el meditador lanza el lazo sobre el cuello del elefante. El elefante mira hacia atrás, simbolizando que aquí la mente está un poco controlada por el poder de la atención. En esta etapa un conejo aparece sobre el lomo del elefante. Este es el conejo del letargo mental sutil, el cual antes era muy sutil como para ser reconocido pero que ahora es obvio para el meditador.

En estas etapas tempranas tenemos que aplicar la fuerza de la atención más que la fuerza de la aplicación atenta puesto que la agitación tiene que ser eliminada, antes de poderse eliminar el letargo.
En la cuarta etapa el elefante está bastante más obediente. Muy raramente tiene que recibir el lazo de la atención.

En la quinta etapa el mono va detrás del elefante quien en forma sumisa sigue el lazo y el garfio del meditador. La agitación mental no perturbará más la mente en forma pesada.
En la sexta etapa, tanto el elefante como el mono siguen mansamente al meditador. Ahora el meditador no necesita ni siquiera voltearse para mirarles. El ya no tiene más que enfocar la atención para poder controlar la mente. El conejo ha desaparecido.

En la séptima etapa se deja que el elefante siga a su propia voluntad. El meditador ya no necesita darle ni el lazo de la atención ni el garfio de la aplicación atenta. El mono de la agitación ha desaparecido completamente de la escena. La agitación y el letargo nunca más se presentarán en forma burda e incluso, solo ocasionalmente, en forma sutil.
En la etapa octava el elefante se ha vuelto completamente blanco. El sigue detrás del hombre puesto que ahora la mente es completamente obediente. Sin embargo, un poco de energía es todavía requerida para poder mantener la concentración.

En la novena etapa el meditador se sienta en meditación y el elefante se duerme a sus pies. La mente ahora puede permanecer concentrada sin ningún esfuerzo por períodos largos de tiempo, incluso días, semanas o meses.

Estas son las nueve etapas del desarrollo de shiné. La décima etapa es el logro del shi-né real representado por el meditador montando calmadamente sobre el lomo del elefante.

Más allá de ésta, hay una undécima etapa, en la cual el meditador es dibujado como montando sobre el elefante quien ahora camina en otra dirección. El meditador sostiene una espada flameante. Ha entrado ahora en un nuevo tipo de meditación denominada vipasyana, o la más alta interiorización (en Tibetano: Lhag-mthong). Esta meditación se simboliza por la espada flameante, el afilado y penetrante implemento que corta hacia la realización de la vacuidad.

En varios sitios de este diagrama aparece un fuego. Este fuego representa el esfuerzo requerido para la práctica del shi-né. Cada vez que este fuego aparece es menor que el anterior y eventualmente desaparece. En cada etapa sucesiva de desarrollo menos energía se requiere para mantener la concentración y eventualmente no se necesita ningún esfuerzo. El fuego reaparece en la etapa undécima, cuando el meditador ha tomado la meditación en el vacío.

También en el diagrama aparecen las imágenes de comida, vestido, instrumentos musicales, perfumes y un espejo. Ellos simbolizan las cinco fuentes de agitación mental como son los cinco objetos sensuales: aquellos del gusto, el tacto, el sonido, el olor y la vista respectivamente.




Un hombre del Tao



Un estudiante una vez preguntó: “¿Cual es la diferencia entre un Hombre del Tao y un hombre pequeño?”

El maestro le respondió: “Es simple. Cuando el hombre pequeño se vuelve un estudiante, no puede esperar para correr a su casa y gritarlo a todos a todo pulmón. Cuando oiga las palabras del maestro, subirá a los techos de las casas y lo gritará a la gente. Cuando aprenda las enseñanzas del maestro, desfilará por el pueblo diciéndoles a todos acerca de su nuevo conocimiento”.

“Cuando el Hombre del Tao se vuelve un estudiante, en gratitud hará una reverencia con la cabeza. Cuando escuche las palabras del maestro, hará una reverencia con la cabeza y con los hombros. Cuando aprenda las enseñanzas del maestro, hará una reverencia hasta la cintura, y caminará calladamente a lo largo de la pared para que la gente no lo vea o lo note”.






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